La artista Frida Kahlo, conocida por su arte vívido y su espíritu sin complejos, tiene un legado que va más allá de los autorretratos que tan bien conocemos. La vida de Kahlo lejos del lienzo es igual de cautivadora. Gracias al reciente documental Frida de Amazon Prime, los fans han sido invitados a su mundo privado, contado en sus propias palabras. Frida también ha despertado un renovado interés por sus cartas de amor, una vez perdidas, a José Bartoli, un artista catalán que conoció cuando estaba casada. Las apasionadas cartas de amor de Kahlo ofrecen una rara visión de una parte secreta de su vida. Una parte que mantuvo oculta hasta su muerte.
Las cartas permanecieron ocultas al público durante casi cinco décadas. Así quisieron Kahlo y Bartoli que fuera: su secreto ante el mundo. Años después, la pareja ofrece involuntariamente al mundo una rara visión del corazón y el alma de Kahlo.
Las apasionadas cartas de amor de Kahlo
En 2015, la casa de subastas Doyle desveló aproximadamente las 25 cartas autógrafas, en español, de Kahlo a Bartoli.
La casa de subastas Doyle describe las cartas: “El archivo que comprende aproximadamente veinticinco cartas autógrafas en español de Kahlo a Bartoli que van de 2 a 12 páginas de longitud, escritas de diversas maneras en tintas de colores y a lápiz, muchas en un papel muy fino, con varios adjuntos, incluyendo un dibujo original de un gato durmiendo, flores prensadas, trozos de listón, cuentas, algunas adjuntas con borradores de cartas de puño y letra de Bartoli con numerosas tachaduras, ediciones y un dibujo, cada carta con su sobre original o temprano, la mayoría sellado y matasellado”.
Kahlo firmó muchas de las cartas como “Mara”, apodo cariñoso que Bartoli le puso por la palabra “Maravillosa”. Para mantener el secreto, pidió a Bartoli que firmara como “Sonja”. Si su esposo, Diego Rivera, descubría las cartas, pensaría que eran de otra mujer.
El romance era un secreto de Kahlo, que se intercambiaba las cartas a través de amigos o de las oficinas de correos. La hermana de Kahlo, Cristina, también ayudaba a entregar las cartas. Algunos dicen que Cristina fue quien presentó a los dos en Nueva York.
Un amor sin fronteras
Los dos artistas se conocieron en 1946.
“Kahlo tenía 39 años y estaba en Nueva York para someterse a una operación de columna cuando conoció a Bartoli, un artista catalán que había luchado en la guerra civil española y escapado de un campo de concentración”, explica The Guardian.
Su amor se desarrolló en México, donde Kahlo convaleció tras su operación.
“Entre 1946 y 1949, mientras estaba casada con el artista Diego Rivera, Kahlo escribió más de 100 páginas de correspondencia poética en español a Bartoli mientras se recuperaba en su casa de Ciudad de México”, escribe The Observer.
En una de las cartas, ella confesó: “Desde la camita donde yazco, contemplé la elegante línea de tu cuello, el refinamiento de tu rostro, tus hombros y tu ancha y fuerte espalda. Si no te toco, mis manos, mi boca y todo mi cuerpo pierden sensibilidad”.
Algunos dicen que fue el último amor de su vida. Incluso dijo que quería ser la madre de su hijo. En 1946, Kahlo le escribió: “Si no estuviera en las condiciones en que estoy ahora y si esto fuera realidad, nada en mi vida me daría más alegría. ¿Te imaginas una pequeña Bartoli o una Mara? Ríete de mí, te doy permiso ya que estoy más loca que una cabra”.
Nunca sucedió.
Una conexión invaluable
Las cartas, hasta ahora inéditas, revelan el anhelo, el deseo y la vulnerabilidad de Kahlo. La colección, cuyo precio se estimaba en 120,000 dólares, se vendió por 137,000 dólares en 2015.
Las cartas se consideran valiosas porque ofrecen más información sobre la afligida artista detrás del lienzo. Hacen brillar una nueva luz sobre la mujer que desafió las convenciones y amó ferozmente.
“Mi Bartoli”, escribió Kahlo en 1946. “No sé escribir cartas de amor. Pero quería decirte que todo mi ser se abrió para ti. Desde que me enamoré de ti todo se transforma y se llena de belleza …. el amor es como un aroma, como una corriente, como la lluvia. Sabes, mi cielo, llueves sobre mí y yo, como la tierra, te recibo”.
Las cartas de amor continuaron durante tres años más.
Según The Guardian, la última carta de la colección está fechada en noviembre de 1949, y en ella Kahlo escribe: “Sé que algún día me llevarás contigo … Sigo siendo tu Mara, tu novia. Tu amor es el árbol de mi esperanza… Te espero siempre. ¿Volverás en marzo o abril?”
Según Artnet, Bartoli mantuvo las cartas en secreto hasta su muerte en 1995. Entonces, las 25 cartas –que incluyen más de 100 páginas, fotografías, dibujos y flores prensadas– salieron a la luz debido a la creciente popularidad de Kahlo en el mundo del arte.
Sin embargo, al final, nada surgió de su historia de amor. Kahlo murió a los 47 años en 1954. Y las cartas permanecieron ocultas durante años. Bartoli las transmitió a su familia. Era el secreto de ambos.
“Aquí nadie sabe nada, solo Cristi (Cristina, hermana de Frida), Enrique (chofer de Frida), tú y yo conocemos a la persona que está en juego”, escribió una vez Kahlo a su amiga Ella Wolfe.
Al final de esa carta a su amiga sobre Bartoli, Kahlo añadió: “No olvides destruir esta carta para evitar futuros malentendidos. ¿Me lo prometes?”
