Mientras el invierno cubre gran parte del país, Miami, también conocida como “La Ciudad Mágica”, es cada vez más cálida, con días de 80 grados. El clima templado de la ciudad tropical ha convertido el invierno en algo más parecido a una primavera perpetua, gracias en parte a las coloridas buganvillas, unas flores provenientes de Brasil que adornan cada esquina.
Para muchas personas, entre las que me incluyo, las buganvillas ocupan un lugar especial en nuestros corazones. Mi padre, nacido y criado en La Habana, Cuba, solía hablar con cariño de las buganvillas que dejó en su tierra natal, por eso siempre cultivaba su flor favorita en su jardín delantero y trasero en Miami.
Este invierno me picó la curiosidad y me dispuse a descubrir los secretos del encanto de la buganvilla. Resulta que hay una historia peculiar detrás de su nombre.
¿Qué es la buganvilla?
La buganvilla es una sinfonía de espinas, brácteas y delicadas flores. También conocida como flor de papel, le debe su apodo a la textura de lo que parecen ser sus flores; sin embargo, las verdaderas flores son diminutas y discretas y se encuentran entre las coloridas brácteas. Se parecen al aliento del bebé, pequeñas y delicadas flores blancas que suelen usarse en arreglos florales.
Originaria de Brasil, la buganvilla crece en los climas cálidos y soleados de su país natal, en donde ha sido apreciada durante siglos por su vibrante floración y su resistencia. Su atractivo radica en las vistosas brácteas en forma de sépalos que rodean las modestas flores blancas, creando un caleidoscopio de tonalidades: rosa, magenta, púrpura, rojo, naranja, blanco o amarillo.
“En regiones cálidas y húmedas como el sur de Estados Unidos, la floración suele producirse en invierno, lo que añade un color muy apreciado durante los meses más sosos”, escribió GardenPath.
Son tan queridas en Estados Unidos y más allá, que un video del canal Hallmark dedicado a la planta tiene más de 1.3 millones de visitas.
Descubrimiento y exploración
A finales del siglo XVIII, el almirante de la Armada francesa Louis Antoine de Bougainville se embarcó en un viaje de circunnavegación. Philibert Commerçon, un botánico de mirada aguda, navegaba con él.
“El botánico francés Philibert Commerçon fue el primero en registrar la buganvilla cuando la descubrió en Río de Janeiro, Brasil, en la década de 1760”, explicó Crate and Basket.
La bautizó así en honor de su capitán: la buganvilla.
Pero hay más en esta historia.
A Commerçon lo acompañaba en la expedición Jeanne Baret. Experta en botánica, Barte se disfrazó de hombre para unirse a ellos, convirtiéndose en la primera mujer en circunnavegar el globo.
De acuerdo con Glynis Ridley, autora de The Discovery of Jeanne Baret: A Story of Science, the High Seas, and the First Woman to Circumnavigate the Globe, “una ordenanza real francesa prohibía que hubiera mujeres en los barcos de la marina francesa . La pareja formuló un plan para que Baret se disfrazara de hombre joven se ofreciera como su ayudante en el muelle”.
Los historiadores creen que Baret vislumbró el esplendor de la buganvilla junto a Commerçon, pero no se le atribuyó el mérito del descubrimiento.
Pero su valentía está ligada para siempre a la historia de la buganvilla, gracias a que la historia moderna actualiza la verdadera historia de la flor.
De Brasil a los jardines del mundo
Veinte años después de su descubrimiento en Río de Janeiro, Antoine Laurent de Jussieu bautizó oficialmente la planta con el nombre de Buginvillæa. La ortografía pasó por varias iteraciones hasta que adoptó su forma definitiva: buganvilla.
A principios del siglo XIX, esta cautivadora vid llegó a Europa y cautivó a los viveros de Francia y Gran Bretaña. Pronto adornó los jardines de sus colonias, añadiendo un toque de encanto tropical.
Hoy, la buganvilla adorna jardines, patios y balcones de todo el mundo.
Aquí en Miami, en el calor de nuestros inviernos, la buganvilla prospera, adornando jardines, trepando por enrejados y desparramándose por las vallas. Florece desafiante, como testimonio de resistencia y belleza.
Así que, la próxima vez que pasee junto a una buganvilla, mientras contemplas su belleza, tal vez recuerdes su viaje desde Brasil y la verdadera historia que hay detrás de su nombre.
Por Sofia Jones
Cuando Sofía Jones no está entrevistando a estrellas latinas para su podcast de iHeartRadio, se la puede encontrar acogiendo (y abrazando) a adorables perritos para una organización sin ánimo de lucro de rescate de animales del sur de Florida.