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Con una hermosa sonrisa, lápiz labial rojo rubí y una inteligencia aguda, Alexandria Ocasio-Cortez alteró el statu quo y marcó el inicio de una nueva era en la política estadounidense: políticos jóvenes que están más preocupados por los movimientos que por las elecciones.
Ocasio-Cortez, de 33 años, conocida internacionalmente como AOC, es una política y activista estadounidense de ascendencia puertorriqueña. Ha sido representante de Estados Unidos para el distrito 14 del Congreso de Nueva York desde 2019 como miembro del Partido Demócrata.
Ella entró en escena de forma orgánica. La vimos salir a su distrito y dirigirse directamente a los electores. Pocos esperaban que fuera elegida, pero así fue.
Ocasio-Cortez abogó por políticas defendidas por la campaña de Bernie Sanders de 2016, como Medicare para todos y la universidad pública gratuita. Exmesera de la ciudad de Nueva York, respaldó un Green New Deal, luchó por una reforma del financiamiento de campañas, una garantía federal de empleo y la abolición de ICE (la dependencia de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos), cuestiones centrales para una nueva generación de demócratas.
Representó entonces, como lo representa hoy, el futuro del Partido Demócrata.
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Alexandria Ocasio-Cortez no tiene miedo de decir lo que piensa
Ocasio-Cortez incluso eclipsó al expresidente Donald Trump cuando derrotó al titular de 10 mandatos Joe Crowley en las primarias demócratas: así empezó el “reinado” de AOC.
En sus primeros tres meses en el Congreso, la vida de Ocasio-Cortez fue amenazada suficientes veces como para que la Policía del Capitolio capacitara a su personal en evaluación de riesgos. Su Twitter después de su elección aumentó de 3.5 millones a 13.4 millones de seguidores en la actualidad. Miles de personas inician sesión en Instagram Live para escuchar lo que tiene que decir o ver mientras prepara la cena.
Además de eso, Ocasio-Cortez y la congresista Nydia Velázquez (demócrata de Nueva York) encabezaron la Ley de Autodeterminación de Puerto Rico de 2021, que pide una “convención de estatus” de delegados elegidos por los votantes puertorriqueños, permitiendo finalmente a los puertorriqueños, no al Congreso, determinar el futuro de la colonia.
Obviamente, ella es más que un vestido en la Met Gala y su enemistad con Elon Musk: Ocasio-Cortez habla de corazones y mentes y no de cambiar asientos, pero, desgraciadamente, ha tenido que pagar por ello.
Quién puede olvidar cuando se paró en las escaleras del Capitolio de Estados Unidos y el representante Ted Yoho, enojado por los comentarios de la congresista que vinculaban el crimen con la pobreza, le puso el dedo en la cara y la llamó “loca” y “repugnante”.
Sin embargo, al más puro estilo Ocasio-Cortez, ella respondió con un feroz discurso desde la Cámara de Representantes.
“Me hablaron irrespetuosamente, particularmente miembros del Partido Republicano y funcionarios electos del Partido Republicano, no solo aquí, sino que el año pasado el presidente de Estados Unidos me dijo que ‘me fuera a casa, a otro país’, con la implicación de que ni siquiera pertenezco a Estados Unidos”, dijo.
Estén atentos: Ocasio-Cortez aún no termina.
Por Susanne Ramírez de Arellano
Susanne Ramírez de Arellano es una escritora y crítica cultural que fue periodista, productora de televisión y directora de noticias. Vive entre San Juan y Nueva York y actualmente está haciendo su primer intento de escribir una novela.
