En la historia (y el presente) de la televisión, hay un nombre que destaca como pionero: Desilu. Desde el tejido de la “Era Dorada” de la televisión hasta el mundo actual de internet, el impacto de Desilu está en todas partes. No está mal para una pareja “mestiza” de Hollywood con algo que demostrar.
Con el nombre de dos personalidades formidables, aunque opuestas: el actor y músico de origen cubano Desi Arnaz y su esposa la actriz Lucille Ball, Desilu se convirtió en un crisol de innovación, creatividad y entretenimiento icónico poco después de su creación en 1950. Y el éxito no se hizo esperar.
“Durante su apogeo a finales de la década de 1950, Desilu Studios fueron la mayor y más prolífica empresa de televisión del mundo”, explica el Lucy Desi Museum en Jamestown, en el estado de Nueva York. Pero la pareja no se propuso originalmente crear un estudio pionero en Hollywood. Crearon Desilu por necesidad… para superar el racismo en la industria del entretenimiento.
De las ondas de radio a las pantallas de televisión
Desilu se fundó en los albores de la televisión, cuando los poderosos buscaban contenidos que repercutieran en el público. A medida que se adaptaban más y más programas de radio, Ball y Arnaz se encontraron a la vanguardia de una tendencia popular.
Mientras Arnaz estaba de gira con su banda, Ball entró en el mundo de la radio de la CBS y consiguió un papel en My Favorite Husband. Mientras el programa, coprotagonizado por Ball y Richard Denning, capturaba rápidamente al público radiofónico y crecía la demanda de contenidos televisivos, la CBS vio la posibilidad de trasladar el exitoso programa radiofónico al floreciente medio televisivo.
“Era un programa de radio muy popular”, recuerda posteriormente Arnaz en una entrevista con David Letterman. “Ella estuvo al aire unos tres años”.
Ball, una mujer conocida por su tenacidad tanto dentro como fuera de la pantalla, aceptó el paso a la televisión, pero tenía una condición para la transición: insistió en que su esposo en la vida real, Arnaz, interpretara a su cónyuge en la pantalla.
“Queríamos trabajar juntos”, explicó Arnaz. “… así que ella dijo: ‘Quiero que Desi haga de esposo’. … Bueno, el esposo en el programa de radio era Richard Denning, el tipo que interpretó al gobernador en Hawaii 5 O, ya sabes. … alto, rubio, de ojos azules vicepresidente de un banco o algo así. Le dije: ‘Bueno, nunca podré zafarme de ese papel'”.
La audaz decisión de Ball de insistir en el papel de su esposo latino, poco convencional para su época, reflejaba la confianza de la pareja en su química en la pantalla y su deseo de aportar autenticidad a la representación de la vida matrimonial. Como explicó Arnaz, la pareja ya llevaba 10 años casada, así que eran auténticos.
Pero la CBS no se dejó convencer fácilmente.
CBS se opuso; no creían que el público aceptara a una mujer estadounidense casada con un marido de origen cubano que hablaba un inglés con fuerte acento”. En una jugada inteligente, Desi y Lucy decidieron salir de gira juntos durante el verano de 1950 bajo el nombre de ‘Desilu’ para demostrar su química ante el público en vivo”, explica Medium.com.
Y funcionó. Al público le encantaron, según Arnaz.
Así que, en 1951, My Favorite Husband debutó en televisión con Arnaz en el papel de esposo en la pantalla. El programa pasó a llamarse I Love Lucy.
Esta decisión no solo consolidó la colaboración profesional de la pareja, sino que también sentó las bases de su innovador programa, que se convertiría en una piedra angular de la historia de la televisión.
Legado de autenticidad y diversidad
La genuina química de Desilu y la autenticidad que aportaron a sus papeles televisivos allanaron el camino para una nueva era en la televisión, en la que las dinámicas de la vida real se entretejían en el tejido de las narrativas de ficción.
“El personaje de Desi Arnaz encarnaba una versión progresista de la masculinidad latinoamericana”, escribe PBS. “Ricky Ricardo era un hombre de negocios inteligente y de éxito, que hacía de hombre recto y racional para las interminables payasadas cómicas de Lucy. Su sólida asociación marcó la pauta para generaciones de marido y mujer independientemente de su origen étnico, rompiendo múltiples fronteras con ingenio y talento”.
Los telespectadores de la época quizá no se dieran cuenta de que esta pareja, adorada por su química en la pantalla, estaba cambiando para siempre la industria de la televisión fuera de ella.
Legado e impacto
I Love Lucy no solo redefinió el género de la comedia de situación, sino que también introdujo varias técnicas de producción innovadoras. Desilu Studios fue el primero en usar la configuración multicámara, frente a una audiencia en vivo (también una primicia), convirtiéndose ambos en enfoques revolucionarios que establecieron nuevos estándares para la producción televisiva.
“Siempre lo hicimos en película, pero delante del público… con varias cámaras”, explicó Arnaz años más tarde.
Su decisión de filmar los programas en vivo también creó el mundo de las repeticiones televisivas.
Desilu también inició un cambio cultural en la televisión, desafiando las normas sociales y demostrando que los problemas de la vida real podían tratarse con arte en la pequeña pantalla. I Love Lucy allanó el camino para que futuras generaciones de creadores abordaran temas complejos de la vida real.
Por ejemplo, la campaña de Arnaz para desafiar el obsoleto Hays Code fue un movimiento estratégico para revolucionar la representación de la vida familiar en televisión. En un movimiento que sentaría un precedente para futuros programas, I Love Lucy abordó específicamente el tema tabú del embarazo.
“¿Te puedes creer que no nos dejaran hacerlo?”, preguntó Arnaz al presentador Letterman durante su entrevista sobre el tema. “No había forma de esconderla durante seis meses”.
La tenacidad de Arnaz dio sus frutos, y el Hays Code se sorteó con éxito, aunque sustituyendo el término “esperando” por “embarazada”.
La culminación de la narración del embarazo de Ball al aire se produjo con el nacimiento del “pequeño Ricky”, un espectáculo televisivo que atrajo a 44 millones de espectadores, una cifra sin precedentes. Además de I Love Lucy, Desilu Studios produjo una serie de programas exitosos, algunos de ellos con los elencos más diversos de la época, como Star Trek y Mission: Imposible. (La decisión de Desilu de dar luz verde a Star Trek –un programa que introduciría el primer beso bi-racial en pantalla– contra el escepticismo de la industria es particularmente legendaria. Star Trek es un fenómeno cultural hasta nuestros días).
Aunque la pareja se divorció y Ball acabó vendiendo el estudio en 1968, la marca Desilu sigue viva como testimonio del poder transformador de la visión, el talento y la diversidad delante y detrás de la pequeña pantalla.