Habiendo iniciado la cuenta regresiva para la llegada del Año Nuevo, conversé con mi amigo peruano, Christian, para descubrir las singulares tradiciones navideñas de su país.
Curiosa por sus planes para las próximas fiestas, entablé una conversación informal y despreocupada sobre las costumbres de celebración de su familia.
¿Cómo iba yo a saber que Perú tenía las tradiciones más singulares y extrañas de Latinoamérica? Nadie me lo había dicho. Ni siquiera Christian.
Deseosa de desentrañar el encanto de las tradiciones festivas peruanas, empecé poco a poco a preguntar lo básico: “¿Tienen una Nochebuena como nosotros, el 24 de diciembre?”.
“Nosotros la llamamos Navidad”, me explica Christian, y me cuenta que su versión de la Nochebuena es realmente nocturna.
En lugar de cenar a la hora habitual, su familia aplaza el banquete hasta que el reloj marca la medianoche. Este momento crucial anuncia el comienzo de sus festejos: degustar un surtido de delicias tradicionales, abrir regalos y desvelarse hasta el amanecer.
Incluso los niños pueden quedarse despiertos. Pero normalmente no pueden debido a la emoción, dice.
Le pregunto por la comida. Comemos lechón, o cerdo asado, arroz blanco y frijoles negros.
“Solemos hacer un pavo o solo pollo”, dice, emocionándose mucho con la parte del postre. “Siempre tenemos panetón. Y chocolatadas”.
Hace poco conocí la costumbre del panetón, o pan dulce, que es un pastel de frutas italiano con un toque peruano. Pero la exclusiva delicadeza de la bebida de postre peruana parecida al chocolate caliente, conocida como chocolatada, es nueva para mí.
Christian me cuenta que, a diferencia de su homólogo norteamericano de invierno, la chocolatada se reserva exclusivamente para Nochebuena y Año Nuevo, como nota dulce de sus celebraciones.
Deseosa de saber más, le pregunto por los rituales de Año Nuevo.
“¿También se comen las 12 uvas a medianoche? ¿Cada uva representa un mes del año? ¿Para la buena suerte?”, pregunto, deseosa de descubrir las similitudes entre nuestras costumbres.
“Sí. Nosotros bebemos champán, comemos doce uvas, hacemos muñecos para quemarlos y lanzamos fuegos artificiales”, me dice Christian con indiferencia.
Pillada por sorpresa, le pido que me aclare lo de “muñecos para quemar”, esperando que signifique algo distinto en español sudamericano. O quizá mis oídos me engañaron.
“¿Quemas muñecos?”
“Sí. Mis primos y yo solemos fabricar, y luego quemar, estos muñecos de tamaño natural”, responde con naturalidad.
Me escabullí y realicé una rápida búsqueda en Google, que reveló lo inesperado. La tradición anual de Christian no es solo un ritual entre primos. Es un asunto nacional.
Fue entonces cuando supe que había mucho más que descubrir sobre el Año Nuevo en Perú.
Tradición y costumbres únicas
“En Perú, la gente suele estar más conectada con lo espiritual, lo místico y lo supersticioso que en Estados Unidos o Europa, y creen en los milagros”, explica el sitio EnigmaPerú.
Una vez más, me dirigí a Christian en busca de detalles. Le di una lista de las 15 principales tradiciones peruanas de Año Nuevo que encontré en internet, desde videos de YouTube hasta sitios web de viajes. Es imposible que pasear por el vecindario con una maleta vacía sea verdad.
“Lo es”, me dijo Christian, probablemente aburrido ya de mis preguntas. Quiero decir, ¿quién no sabe lo de sacar a pasear la maleta vacía en Año Nuevo para tener buena suerte, verdad?
“En Año Nuevo hay gente que sale con sus maletas de viaje con la esperanza de tener un viaje durante el nuevo año”, me explica.
Recurro una vez más al internet en busca de respuestas. Y ahí está lo que dice EnigmaPerú: “Correr alrededor de la cuadra con una maleta, maletín o mochila vacía significa viajar o tener buena suerte viajando en el año venidero”.
¿Y la quema de muñecos? Christian dice que toma un par de horas rellenar algunas prendas viejas y hacer una cabeza y una cara dibujada, para dar la vuelta y quemarlo a medianoche. Pero, ¿por qué?
” deshacerse de lo viejo y empezar de nuevo… sobre todo si estos muñecos están hechos para parecerse a políticos peruanos u otros personajes que se considera que han hecho mal al país”, escribe EnigmaPerú.
Christian dice que es algo parecido.
“Recuerdo que la gente hacía muñecos para quemar de Alan García, el expresidente”, dice Christian. “Aunque no sé quién inventó la tradición”.
¿Estaría enseñando a su hija esta tradición peruana aquí, en Estados Unidos?, me pregunté. Como si me hubiera leído el pensamiento, respondió a mi pregunta.
“Probablemente no lo haga aquí. No creo que quemar un muñeco con la cara del presidente esté permitido en este país”, explica.
Tiene sentido. Algunas tradiciones es mejor dejarlas dentro de sus límites culturales.