Ilustración de Nuestro Stories
Este cuadro único, obra de la célebre artista mexicana Frida Kahlo, es una rareza entre su colección.
Retrata a su hermana menor, Cristina, objeto de una relación tumultuosa, que reflejaba los entresijos de los lazos fraternales.
Es el Retrato de Cristina, mi hermana.
“Cristina fue la segunda persona de la familia de Frida en ser pintada. Un año antes había pintado a Adriana, su hermana mayor”, explica FridaKahlo.org.
Y no fue ninguna sorpresa que el raro retrato de su hermana se vendiera por algo más de $8.2 millones a principios de este mes, en una subasta de Christie’s, apenas dos años después de que el autorretrato de Kahlo se vendiera por $34.9 millones.
Retrato de Cristina, mi hermana es una de las pocas pinturas de finales de la década de 1920 que retratan a mujeres a la moda con estilizaciones del Cinquecento y toques modernistas…”, explica Christie’s Fine Arts Auctioneer.
Años después de la realización del retrato, en 1928, la relación entre las hermanas se volvió compleja, marcada por una historia entrelazada de amor, traición y un vínculo inquebrantable que perduró a pesar de todo.
La historia detrás del lienzo
El cuadro de su hermana, solo 11 meses menor que Kahlo, fue creado en un momento crucial para Frida, quien se recuperaba de un accidente mortal que la había dejado postrada en cama durante meses.
“Este cuadro se caracteriza por una sencillez y una franqueza infantiles. Por eso el estilo de Kahlo en esta obra se asocia con el arte Naïve“, dice Kahlo.org sobre el retrato.
“En contraste con Frida, conocida por sus rasgos inusuales y su estilo de vestir, Cristina era más típicamente femenina y a la moda durante la época”, explica la revista Forbes. “Este retrato subraya ese atractivo de una manera que diverge de las cejas fruncidas y los escenarios tropicales que Frida usó más tarde para sí misma”.
Cristina, hermana de Frida, nació en junio de 1908, solo once meses después que ella. Tenía diecinueve o veinte años cuando se hizo su retrato.
Al año siguiente ya se había casado y había sido madre. Cristina seguiría siendo una presencia y una compañera inquebrantables durante toda la vida de Frida. Este retrato capta su elegancia etérea y soñadora, solo en la cúspide de la feminidad.
Su hermana la traicionó al tener una aventura con el amor de su vida, su esposo.
El romance comenzó después de que Cristina modelara para los murales de Rivera en la Secretaría de Salud y el Palacio Nacional. Posó como Conocimiento, un curvilíneo desnudo, a sugerencia de Kahlo. Cuando posaba para Rivera, en realidad se sentaba junto a Kahlo y seguía siendo un objeto de deseo.
El romance entre Diego y Cristina fue especialmente devastador para Frida, pero las hermanas se reconciliaron hacia 1935.
“Vive un poco en el… éter”, dijo Frida en una ocasión sobre Cristina, la menor de las cuatro hermanas Kahlo, según Christie’s.
Aunque este cuadro sigue siendo el único retrato de Cristina –que fue creado mucho antes de la aventura–, existe otra representación escogida de sus hijos en el cuadro La mesa herida.
Sin embargo, al igual que la relación con su hermana, este cuadro también está rodeado de misterio.
“La obra, santo grial para los estudiosos de Kahlo, desapareció después de que la artista la donara a la antigua Unión Soviética. Vista por última vez en una exposición en Varsovia en 1955, desapareció de camino a Moscú”, reporta The Art Newspaper.
La continua búsqueda para recuperar esta obra maestra refleja la intriga que rodeó la vida de Cristina, perpetuando un aire de misterio y especulación entre los entusiastas del arte y los estudiosos por igual.
Fue objeto de una búsqueda internacional, y algunos afirman que fue encontrada.