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Pedro Cano es un héroe de la Segunda Guerra Mundial que pasó inadvertido durante décadas debido a las barreras que enfrentó como soldado latino.
Pedro Cano, un héroe olvidado
Nacido en 1920 en La Morita, México, Pedro Cano se trasladó a Texas con su familia cuando era niño. Como muchos mexicano-estadounidenses de la época, Cano enfrentó discriminación y desigualdad. Sin embargo, su determinación y su amor por su país le llevaron a alistarse en el Ejército de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.
Fue durante la batalla de Schevenhütte, Alemania, el 2 de diciembre de 1944, cuando el valor de Cano brillaría con luz propia. Sirviendo como soldado raso en la Compañía C, 8º Regimiento de Infantería, 4ª División de Infantería, las acciones de Cano en ese fatídico día cambiarían para siempre el curso de su vida.
Como se detalla en el sitio web oficial del Ejército de Estados Unidos, bajo un intenso fuego enemigo, Cano destruyó sin ayuda de nadie dos posiciones de ametralladoras enemigas, eliminando su amenaza y permitiendo el avance de sus compañeros. A pesar de las graves heridas de metralla que sufrió, siguió adelante y se negó a abandonar a sus compañeros. El valor y la determinación de Cano inspiraron a quienes le rodeaban e impulsaron a las fuerzas estadounidenses hacia la victoria.
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Reconocimiento tardío
A pesar de su increíble muestra de valentía, el valor de Cano pasó desapercibido durante muchos años. Los prejuicios raciales y la discriminación imperantes en la época impidieron que sus heroicas acciones recibieran la atención que merecían. No fue hasta décadas más tarde cuando se reconoció la verdadera magnitud de la valentía de Cano.
El 18 de marzo de 2014, Pedro Cano recibió a título póstumo la Medalla de Honor, la más alta condecoración militar de Estados Unidos, por su extraordinario heroísmo durante la batalla de Schevenhütte. Según el Departamento de Defensa de Estados Unidos, su hija, Dominga Pérez, la aceptó en nombre de su padre de manos del presidente Barack Obama durante una ceremonia en la Casa Blanca. Este reconocimiento tardío fue un testimonio de la dedicación de Cano al deber, sus acciones desinteresadas y su resiliencia ante la adversidad.
Además de este galardón, Cano recibió otras condecoraciones, como dos medallas Estrella de Bronce, un Corazón Púrpura y una Cruz de Servicios Distinguidos.