Foto de Lorin Granger/Fotógrafo de HLS; ilustración de Nuestro Stories
Si alguna vez has entrado a un hospital, probablemente crees que las enfermeras son quienes mantienen el lugar en funcionamiento. Mientras que los médicos de bata blanca suelen llevarse todo el mérito, son realmente las enfermeras quienes cargan con la mayor parte del trabajo. ¿Necesitas alguna prueba? Solo mira la historia de Ildaura Murillo-Rohde, una latina tenaz que fundó la Asociación Nacional de Enfermeras Hispanas en 1975.
Nacida en 1920 en Panamá, Murillo-Rohde llegó a Estados Unidos en 1945. Se graduó de la Escuela de Enfermería Médica y Quirúrgica tres años después.
Tras obtener su título en el Teachers College de la Universidad de Columbia, con una especialización en educación y supervisión de enfermería psiquiátrica, Murillo-Rohde se convirtió en la primera enfermera hispana en obtener un doctorado de la Universidad de Nueva York (NYU).
La historia de Murillo-Rohde: Cuando se encuentran la vocación y la conciencia cultural
Ser la primera enfermera latina en obtener un doctorado transformó inmediatamente a Murillo-Rohde en una pionera. Mientras veía a los orientadores de las preparatorias tratar de dirigir a los estudiantes latinos hacia programas de enfermería con título de asociado, se dio cuenta de que el techo era demasiado bajo para los latinos que sentían el llamado.
“Comencé a darme cuenta de que debía hacerse algo al respecto”, dijo, según la citó la revista Minority Nurse Magazine. “Vi que yo era la única enfermera hispana que iba a Washington para trabajar con el gobierno federal, revisar investigaciones y subvenciones educativas, etc. No había nadie más. Miré hacia atrás y pensé: ‘¿Dónde está mi gente?’”.
Murillo-Rohde comenzó entonces a crear conciencia sobre el hecho de que, entre los latinos, hay una “cultura dentro de la cultura”.
Es por esto que, en 1975, fundó la Asociación Nacional de Enfermeras Hispanas (NAHN) y se desempeñó como su primera presidenta.
“No había dinero para hacer nada. Durante los primeros cuatro años, fui la cocinera principal y la encargada de todo para la NAHN. Promocioné la asociación, publiqué el boletín, hice todo”, le dijo a la revista Minority Nurse Magazine.
El trabajo de Murillo-Rohde cambió la profesión para siempre
A lo largo de su carrera, Murillo-Rohde se aseguró de que, aunque ella fue la primera enfermera latina en obtener un doctorado, no fuera la última.
Su compromiso fue aumentar el número de enfermeros latinos, algo que se reflejó décadas después cuando la pandemia del COVID-19 demostró la verdadera fortaleza de los enfermeros hispanos en Estados Unidos.
Murillo-Rohde también buscó incrementar el número de expertos en políticas que asesoran a legisladores sobre temas de salud latina. Además, se desempeñó como consultora para la Organización Mundial de la Salud en el gobierno de Guatemala y fue designada Representante Permanente de la UNICEF por la Federación Internacional de Mujeres de Negocios y Profesionales.
En 1994, fue nombrada Leyenda Viva de la Academia Estadounidense de Enfermería.
Murillo-Rohde falleció en Panamá el 5 de septiembre de 2010, un día antes de cumplir 90 años.