Crédito: Nuestro Stories.
La música ranchera logra atrapar tu corazón y exprimirte hasta la última gota de emociones, lágrimas y desamor antes de que termine la canción.
El género se centra en el amor, la pérdida y las mismas emociones que nos hacen colectivamente humanos. La música ranchera acecha tus recuerdos más duros y lamenta tus momentos más tristes junto a ti y, cuando se trata de música ranchera, no hay nadie mejor que El Rey de las Rancheras: Vicente Fernández o “Chente”, como comúnmente se le conoce.
La música de Vicente Fernández es imprescindible en los hogares latinos
No puedo decirte cuántas veces he llorado con la música de Vicente.
Es un recuerdo central desde muy pequeña: la voz resonante de Vicente, su canturreo asesino, recorriendo la casa mientras mi tío cantaba las palabras junto a él; sin embargo, esa experiencia parece, de alguna forma, haber sido compartida en millones de hogares en todo el mundo y todo empezó con el gran éxito de Vicente Tu camino y el mío.
Lanzado en 1969 en el álbum Un mexicano en la México, el sencillo se convirtió instantáneamente en un clásico, captando de inmediato la atención de oyentes de distintas generaciones y fronteras. La letra es una balada larga y lenta que cuenta la historia de un amor no correspondido, una copa de vino constante para afrontar el dolor y un relato con el que muchos se identifican demasiado bien. Las palabras que canta cuentan la historia de un amante que eligió un camino diferente, dejando atrás a la amada y su amor no correspondido. Los temas de angustia y dolor tocaron la fibra sensible de los oyentes.
Tu camino y el mío fue el primero de lo que se convertiría en decenas y decenas de éxitos que Vicente Fernández aportaría al léxico de la música latina. Su carrera abarcó casi 60 años antes de fallecer.
¡Viva el Rey de las Rancheras!
Por Liv Styler
Olivia Monahan es una periodista, editora, educadora y organizadora chicana en Sacramento cuyo único objetivo es arrojar luz sobre historias de nuestras comunidades más impactadas y marginadas, pero, aún más importante, que esas historias humanicen a quienes normalmente quedan excluidos. Es finalista de la Beca Ida B Wells de periodismo de investigación 2022, miembro de Parenting Journalists Society y ha publicado en The Courier, The Sacramento Bee, The Americano y Submerge Magazine, entre otros.