Crédito: Nuestro Stories.
Frida Kahlo es probablemente una de las pintoras mexicanas más famosas de la historia moderna.
El arte de Kahlo era un diario de su vida: su dolor, sus amores, sus creencias políticas, sus anhelos y sus arrepentimientos. Pintó a “la persona que mejor conozco” y de sus 143 cuadros, 55 son autorretratos.
Una inmersión más profunda en Raíces
Raíces es un autorretrato icónico al óleo y una de sus pinturas mejor vendidas. En 2006, la pintura estableció un nuevo récord para los precios del arte mexicano en una subasta de Sotheby's, vendiéndose por $5.6 millones. Ahora está en una colección privada.
En Raíces, obra de 1943, Kahlo se retrató reclinada, envuelta en un vestido naranja, del que emergían espesas enredaderas verdes de su cuerpo. El suelo sobre el que yace parece reseco y agrietado.
Su torso parece una ventana abierta que está dando origen a las largas enredaderas que se envuelven a lo largo de su vestido naranja de tehuana.
Kahlo se pinta a sí misma conectada a la tierra mediante finos zarcillos que parecen venas.
Raíces también se le compara con otro cuadro de Kahlo, Mi enfermera y yo, en donde Frida es una bebé. En Raíces, es una Frida madura alimentando la tierra mexicana.
La pintura sigue un tema constante en su obra: su incapacidad para tener hijos. Abortó tres veces en su vida porque las lesiones sufridas en un accidente de tranvía le impidieron dar a luz.
Kahlo sufrió polio, tuvo un aborto y tuvo su primer aborto espontáneo antes de los 25 años. Después del accidente, se sometió a más de 30 operaciones a lo largo de su vida. Le amputaron parte de la pierna meses antes de morir en 1954.
El dolor fue el compañero constante de Frida.
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Una breve mirada a la vida de Frida
En 1932, Frida, embarazada, y su esposo el pintor mexicano Diego Rivera (para entonces un pintor reconocido), se encontraban en Detroit. A Rivera le habían encargado un mural para el edificio General Motors.
Durante su estancia, Frida fue trasladada de urgencia a un hospital, en donde sufrió un aborto espontáneo. Su recuperación tardó dos semanas; cumplió 25 años en una cama de hospital.
Su dolor por no poder tener hijos es evidente en una carta que le escribió al Dr. Leo Eloesser:
“Doctorcito querido: Hace mucho tiempo que quiero escribirte de lo que te imaginas. Tenía tantas ganas de tener un pequeño Dieguito que lloré mucho, pero ya se acabó, no queda más que aguantar”.
Lo que sí hizo Frida fue expresar su dolor a través de su obra. El autorretrato Hospital Henry Ford es un ejemplo.
Kahlo se pinta llorando, acostada entre sábanas ensangrentadas, desnuda. Ella sostiene hilos rojos que la atan a imágenes flotantes, una de ellas un feto. El horizonte industrial de Detroit se puede ver muy atrás de ella.
De acuerdo con información dada en la exposición Diego Rivera y Frida Kahlo en Detroit, hecha en Detroit Institute of Arts (DIA) en 2015, Kahlo dijo que el campo representaba a México. Se había rodeado del confort de su tierra natal.
La pérdida y el deseo de la maternidad fueron la inspiración para muchos de sus autorretratos posteriores, incluido Raíces.
Por Susanne Ramírez de Arellano
Susanne Ramírez de Arellano es una escritora y crítica cultural que fue periodista, productora de televisión y directora de noticias. Vive entre San Juan y Nueva York y actualmente está haciendo su primer intento de escribir una novela.