Imagen cortesía de Nuestro Stories.
La primera Navidad celebrada en lo que hoy es Estados Unidos fue calurosa, no un paraíso invernal.
En mayo de 1539, ocho meses antes de la festividad, el explorador y conquistador español Hernando de Soto estableció su campamento de invierno cerca de Anhaica, la capital indígena apalache, ubicada en la actual Tallahassee, Florida.
Fue la Navidad de los conquistadores
De Soto y su grupo de cansados expedicionarios se abrieron camino hacia el norte antes de llegar a Anhayea, una aldea en las cercanías de Anhaica que los indios apalachee habían abandonado. Aquí es en donde instalaron el campamento.
Tuvieron que luchar entre el calor, los insectos, las enfermedades tropicales y los hostiles apalaches. A De Soto, un indígena valiente, le arrancó dos dientes frontales.
Muchos de los exploradores de su grupo murieron antes de llegar al campamento.
Los apalaches son los habitantes originales del noroeste de Florida. La guerra a principios de 1700 casi destruyó a su población y algunos huyeron a Alabama y Luisiana, en donde el resto del pueblo apalachee vive hasta el día de hoy.
De Soto fue enviado a explorar, reclamar y colonizar La Florida para la corona española. Los españoles tenían un concepto vago de lo que era La Florida: un territorio que cubría la mayor parte del sureste de Estados Unidos.
Veterano de campañas en América Central y del Sur, el explorador español era conocido por su crueldad y habilidad como soldado. De Soto era gobernador de Cuba y poseedor de una cédula real para conquistar La Florida; también era uno de los hombres más ricos del mundo en ese momento.
Desembarcó en la actual Shaw’s Point con nueve barcos y más de 620 hombres y 220 caballos. El explorador español nombró al lugar Espíritu Santo.
Junto con De Soto y sus hombres, para lograr el objetivo de un asentamiento, vinieron sacerdotes, burócratas, artesanos, ingenieros, agricultores y comerciantes. Algunos procedían de Cuba, pero principalmente de Europa y África. Pocos habían visto tierra alguna vez fuera de España.
Aunque en las crónicas de la expedición de De Soto no se menciona la Navidad, los españoles eran católicos. El clero presente en el grupo había celebrado una misa de Navidad.
Un asunto solemne
No era un paraíso invernal, sino todo lo contrario: la primera Navidad probablemente se celebró al aire libre, con la misa navideña muy similar a las celebradas en una capilla franciscana.
Las mujeres del grupo probablemente cocinaron la comida que se servía el día de Navidad. Durante las excavaciones arqueológicas se encontraron huesos de cerdo, pues los españoles fueron los primeros en traer cerdos a Florida.
De acuerdo con los historiadores, la carne de cerdo podría haber estado en el menú, aunque no estaba disponible en grandes cantidades. Lo más probable es que la comida navideña estuviera compuesta por verduras, frutas, pescado locales y tal vez un pavo o dos.
No hubo botas colgadas junto a la chimenea ni regalos que abrir, sino oraciones por De Soto y su grupo de supervivientes.
Por Susanne Ramírez de Arellano
Susanne Ramírez de Arellano es una escritora y crítica cultural que fue periodista, productora de televisión y directora de noticias. Vive entre San Juan y Nueva York y actualmente está haciendo su primer intento de escribir una novela.